Por el Dr. Leonardo Andújar Zaiter, Santo Domingo DN.-Hay un hombre nuevo al buscar a Dios.
Dicha búsqueda incondicional es a través de la soledad teológica (silencio espiritual)
Vía directa y segura para conectar con lo divino.
Al realizar conexión, empezará a moldear su interior que hasta el momento escapa a lo espiritual.
El hombre nuevo nace en el plano trascendental y encuentra la fuente del amor que incidirá durante la vida terrenal.
Todo será transformado, a partir de honrar a Dios ante lo realizado.
El cansancio no agobiará, ya que lo pendiente a vivir, mantendrá fortalecido y ayudará a continuar el camino.
El hombre nuevo mostrará siempre deseo de seguir creciendo en el espíritu.
Pretenderá ganar amor que coloque a merecer la eternidad.
Acá en la tierra, alcanzará la liberación interior sintiendo profunda satisfacción por lo sobrenatural.
La soledad teológica prepara a experimentar lo inexplicable a la conciencia del hombre mundano.
La sabiduría a disfrutar, abundará y conseguirá sostenimiento, de acuerdo, al orden divino.
La felicidad brotará y dará grandes cosas que se convertirán en plena realización.
El hombre nuevo es creyente de voz alta, pues, anunciará a la comunidad, la transformación de la que ha sido tocado.
Lo importante habitará en el interior y reconocerá que sin cultivar el amor de Dios, no posibilitará protección segura desde lo Alto.
La colmada convicción sobre Dios, llevará a escuchar lo interesante de la vida cotidiana sin desviar del camino recto.
El hombre nuevo crecerá gracias a lo presentado por Dios vivo.
¿Buscas nacer de nuevo otra vez pero en el espíritu?
BENDICIONES
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REFLEXIONES DE FE Y ESPERANZA