SANTO DOMINGO , DN.-La corrupción gubernamental protegida por la impunidad, el gobierno y la clase política se ha convertido en UNA norma de la vida pública.
En República Dominicana el ejercicio del poder ha dejado de ser un mecanismo para desarrollar al país y garantizar altos niveles de seguridad social y un estado de felicidad para todos.
Los funcionarios del gobierno han utilizado por décadas el servicio público como un trampolín para el rápido ascenso social y un camino directo al enriquecimiento ilícito.
Funcionarios que en el pasado eran pobres de a pie y muertos de hambre, hoy son dueños de fincas, lujosas villas turísticas, vehículos de alta gama y apartamentos de ensueño en las más exclusivas torres residenciales.
Embriagados por el poder y la acumulación de riqueza, los gobiernos han dejado a un lado sus obligaciones elementales de transformar la vida de la gente.
La decisión del presidente Luis Abinader de crear la Comisión Presidencial de Transparencia y Anticorrupción genera cierta esperanza de que existe la intención de frenar y castigar los actos de corrupción que se comenten desde el estado
Este organismo tiene como objetivo coordinar diversas estrategias gubernamentales para promover la transparencia y prevenir actos de corrupción.
La Comisión presidencial Anticorrupción tendrá un papel central en la implementación de políticas que aseguren una gestión pública más ética y eficiente.
Uno de los objetivos principales de la nueva comisión será coordinar estrategias de prevención, auditoría, y recuperación de activos ilícitos.
Señor presidente Luis Abinader esperamos que esta comisión cumpla su función y brinde los frutos esperados, y que sean condenados los que se han robado el dinero del pueblo, si es así el pueblo dominicano le estará agradecido por siempre.