Por el Dr. Leonardo Andujar Zaiter.-La vida merece grandes recompensas, de acuerdo al concepto tenido sobre Dios.
La enseña desde lo Alto, señala el propósito con nosotros en la tierra.
Reserva delicadas atenciones para hacernos crecer.
La vida se hace placentera al creer en Dios y el alma escalará hasta aproximarse, donde el hombre dormirá eternamente.
Necesitamos entender por siempre, Dios ejerce magnífica influencia que cubrirá diversas situaciones.
El interés por la vida, será realmente profundo y todo a manifestarse, mantendrá la alegría de vivirla.
La actitud ante la vida y Dios, determinarán la percepción y ventajas que podrán florecer.
Dios concede la vida con finalidad a disfrutarla bajo dignidad.
Nada extraño conseguirá desvirtuar el sano y firme concepto referente a Dios.
El hombre al concebir la idea de Dios, empezará por aceptar su propio origen.
Siendo así, encaminará a desarrollar progreso extraordinario, tendente asumir a Dios, siendo parte de la misma esencia.
La vida apartada de Dios y Dios apartado de la vida, parecería una ecuación sin resultado.
Algo indefinido, indeterminado e inconcluso.
La vida es tan cierta, como querer a Dios en el interior del hombre.
Las dudas son importantes y motivan a enfilar trayectoria, con sentido crítico y aportando ideas vinculantes, buscando significado contundente, respecto a la temática planteada.
En la medida que entendamos a Dios, las recompensas a recibir en la vida, acontecerá ilimitadamente.
La vida y Dios no son simples planteamientos teóricos adueñados por la religión, filosofía y teología.
Son afirmaciones configuradas y determinadas en la propia concepción del hombre, de que puede disfrutar la vida y a Dios en completa plenitud.
¿Logras entender la vida, para comprender a Dios?