Diario Digital Dominicano, por el Dr. Leonardo Andújar Zaiter, Santo Domingo DN, República Dominicana.-Aprendamos a sanar el dolor llevado dentro.
No permitamos que siga adueñándose de nosotros.
Entendamos, el dolor no es dispuesto por Dios.
Aunque enseña a encontrar sanación para vivir en felicidad.
A mayor odio despertado, en igual proporción intensificará el umbral del dolor.
Cada quien es responsable de su dolor y sanación.
Además construye el momento específico de entrega que buscará empezar a perdonar.
No será momento de actuar como juzgador.
Lo importante es saber cicatrizar heridas que no tienen porqué continuar sangrando.
Sufrir innecesariamente, no solamente desgasta, también impide conocerse a sí mismo.
Cabría preguntarnos, ¿Qué logramos guardando dolor, odio y manteniendo heridas abiertas?
La respuesta a la pregunta es por separado y de seguro todos arribaremos a la misma conclusión.
Al expresar dolor, actuamos reactivamente y nos volvemos personas negativas.
El resentimiento nada aporta a la felicidad.
No solamente afecta lo humano, alcanza más allá, lo espiritual.
Almacenando dolor, no conseguimos contactar a Dios, pues, creará imposibilidad de llegar a la profundidad del ser.
Lo mejor resulta liberarnos de lo llevado interiormente y que tanto peso produce.
Comencemos a manejar la realidad con humildad y veremos fluir sensaciones de bienestar que traerán paz, armonía y amor.
El dolor desvía del sentido correcto de la vida y destruye solamente a quien lo incuba.
No temamos en sanar y perdonar, así terminaremos de una vez por siempre, con el dolor que no permite ser feliz.
La vida es hermosa, pero somos nosotros quienes debemos contribuir a hacerla resplandecer en medio de la oscuridad.
BENDICIONES.
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