30 años a hombre que asesinó menor de 13 años e hirió a la madre

Por Diario Digital Dominicano

Diario Digital Dominicano, por Marisol Laurent, 4 de junio, 2018, Hato Mayor.-El Tribunal Colegiado del Departamento de Justicia de esta ciudad impuso la pena de reclusión mayor de 30 años a un hombre que mató a una menor de 13 años e hirió a su madre, hecho registrado en el año 2015 en la comunidad de Yábano, a 17 kilómetros al oeste de Hato Mayor del Rey.

El tribunal, integrado por los magistrados Francisco Arias, Bethania Conce y Franshesca Santana, acogieron el pedimento del Ministerio Público, que representó la fiscal Janny Ramírez, que solicitó una condena de 30 años contra Grégory Mercedes Ubiera.

Mercedes Ubiera, quien cumplirá la pena en la cárcel pública General Pedro Santana de El Seibo, está acusado de violar los artículos 50, 60, 265, 266, 295, 304, 391 del Código Penal Dominicano, modificado por la Ley 24-97.

Se recuerda que el procesado infirió unas 10 puñaladas a la madre de la niña, Cecilia Victorino, a quien trató de violar, dejándola por muerta y atacó a su hija, a quien mató de dos estocadas, una en el corazón y otra en el cuello, para no dejar testigos.

Reseña de los hechos
Tras cometer el crimen, Grégory Mercedes (Joan) huyó del lugar. Se recuerda que Yoerly Maxiel Zapata Victorino, fue encontrada muerta boca abajo frente a su casa, con una estocada al corazón y otra en el cuello. Mientras que su madre Yulissa Victorino, 34 años, yacía moribunda en la sala, con 10 estocadas de arma blanca.

La tragedia no fue mayor, porque dos niños que vieron cuando la niña era atacada a cuchilladas, y se escondieron debajo de una cama, dieron parte a los vecinos.

Entre las hipótesis que se conjeturan está que Joan al parecer quería abusar sexualmente de Yulissa, a quien infirió 10 estocadas y que para no dejar testigos, atacó a la niña, matándola en el acto.

Prontuario

Las autoridades policiales y judiciales de Hato Mayor, en un informe preliminar dicen que Mercedes Ubiera, se refugió en Hato Mayor, tras ser perseguido por los hechos. También se le acusa de cometer robos y de consumir de drogas alucinógenas.

Cuando llegó a Hato Mayor se estableció en la comunidad de Yábano, a unos 20 kilómetros al oeste, haciendo tareas propias del campo, sin levantar sospecha de que era un individuo peligroso.

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