NUEVA YORK.- Decenas de dominicanos se manifestaron frente al Consulado General de la República Dominicana en Nueva York para rechazar la gestión del presidente Luis Abinader.
Durante la concentración, se entregó una carta titulada “Desde Nueva York con Furia” a representantes dentro del consulado, denunciando corrupción, nepotismo, impunidad y el abandono de la diáspora.
“No venimos a recibirlo. Venimos a reclamarle”, gritaron los manifestantes, organizados por Acción Rápida NY, Somos Pueblo USA, Loma Miranda NY, ‘Tamo Jarto NY.
La carta acusa al gobierno de haber convertido el supuesto “cambio” en más de lo mismo: discursos bonitos, pero sin moral ni transparencia.
Uno de los reclamos centrales fue contra el Consulado Dominicano en Nueva York, al que califican de “abuso financiado por la diáspora”, con servicios caros, nómina inflada y una renta de 69 mil dólares mensuales. También se cuestionó el rol de los diputados de ultramar, descritos como “fantasmas caros” que no defienden a la comunidad emigrante.
La carta entregada incluye más de 20 denuncias, desde el manejo de instituciones como SENASA, INABIE, PROPEEP e INTRANT, hasta el peligro que enfrenta Loma Miranda y la inseguridad ciudadana. Uno de los puntos más sensibles fue el de las estafas inmobiliarias, en las que miembros de la diáspora pierden millones de dólares cada año en fraudes sin que exista justicia. Según el documento, los afectados son obligados a enfrentar procesos legales largos y sin esperanza de recuperar su dinero, mientras jueces, fiscales y bancos actúan como cómplices de los estafadores.
El mensaje final fue contundente: “El pueblo no olvida, el pueblo despierta, y cuando el pueblo se harta, se levanta”. Con esta manifestación, la diáspora dominicana en Nueva York reafirma su compromiso con la verdad y la justicia social. El mensaje fue claro: el gobierno no puede seguir ignorando las voces de quienes sostienen la economía con su trabajo y remesas.
Desde las calles de la Gran Manzana, los dominicanos dejaron en evidencia que no buscan aplausos ni promesas vacías, sino respuestas concretas. La comunidad advirtió que esta acción no será la última, sino el inicio de una lucha sostenida hasta que la transparencia, la dignidad y la soberanía sean respetadas.