Soluciones individuales de seguridad a costillas del colectivo

Por Diario Digital Dominicano

Diario Digital Dominicano, por Johnny Arrendel, 13 noviembre 2017,Santo Domingo DN.-Apedrearon el vehículo de un hijo de Julio Martínez Pozo cuando iba a jugar golf y muchos se muestran indignados por tan notable ascenso social.

Eso no tiene importancia, Martínez Pozo tiene derecho y los recursos para buscar legitimación social.

De hecho, ha estado en esos aprestos desde hace tiempo tras alcanzar el éxito económico.

Activa en el Club Naco, pues aún no lo admiten en el Country; practicaba el tenis y ahora ha pasado al más exclusivo golf y esquía en Aspen, Colorado todos los inviernos.

Martinez Pozo compra en Miami su ropa informal y sus trajes a la medida se los hacen en La Coruña, Ensanche Piantini.

Atrás quedaron los cocidos y mondongos en Comedor 7 Porencias, Ensanche La Fe, en las cercanías del periódico El Nacional.

Martinez Pozo se auto reputa como uno de los mejores expertos en materias de vinos en la RD.

Lo digo, esos detalles de que el vástago de Martinez Pozo se dirigía al Club de Golf Cayacoa, son nimios, lo importante es su seguridad.

Lo que me choca de esto es que auguro que el tema de la agresión al hijo de un periodista se convierte en tema nacional y de seguro que se reclamará que las autoridades lo asuman.

Asumirlo implicaría que las agencias de seguridad ciudadana le asignen una escolta adicional a la que tiene su papá.

Pero no solo serán ellos, ahora la Policía, el Ejercito, el DNI, tendrán que ponerles guardaespaldas con rangos y pagados con nuestros impuestos a todos los Martínez Pozo.

Será extensiva la protección a los demás integrantes y empresarios del programa Sol de la Mañana y sus familias.

Lo que estoy dando por hecho es alucinante, pero lo verdaderamente alarmante es que es una realidad en este conuco con bombillo que tenemos por país.

Cualquier figura pública que quiera hacerse de una escolta personal pagada por el Estado solo tiene que denunciar qué hay planes para asesinarle.

De inmediato, la Policía o el Ministerio de Defensa toman el tema como un asunto de «relaciones públicas» y les ponen un par de agentes a cuidarlo 24/7.

Mientras tanto, nuestras calles presentan un gran déficit de patrullaje, sobre todo porque no hay agentes disponibles,

Solo piense que un analfabeta funcional que funge como «comunicador», se enemistó con un director de Policía por quitarle una nutrida escolta de agentes y oficiales a su servicio personal.

Espero que si Julio Martínez Pozo tiene recursos para ser socio de un club de golf exclusivo, también pueda pagar guardaespaldas y choferes para su uso familiar.

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