Por Leonardo Andujar Zaiter, Santo Domingo DN.-El creyente en Dios, ve flaquear la fe en algún momento.
No reconocerlo, estará mintiendo a sí mismo.
Necesita prepararse para evitar desmayarse y caer en debilidad.
La entrega decidida, contribuirá a resistir efectos amenazantes que muchas veces, suelen llegar tan fáciles a la vida.
Reconocer a Dios, hay que revestirse de profundo convencimiento y aceptar con valor, el gran poder.
Quien anda dispuesto a cultivar la fe y servir a Dios sin condicionamientos, de seguro gozará de mayor convicción, por tanto, sólida fortaleza.
Saber que el gran poder incidir en el interior, hace ganancioso de la batalla a enfrentar.
Admitir de manera natural a Dios en la vida, el adversario no conseguirá comportarse destructivamente.
El firme creyente, todo lo animará a continuar y tomar decisiones certeras.
Las luchas a librar, parecerán cosas sencillas, porque la fe soportará dichas amenazas.
El crecimiento en la fe, resultará infinito y traerá buenos propósitos, los cuales, alejan las posibilidades de claudicar.
De sentir flaquear, no se rendirá al dolor ni a la desesperación.
Siempre creerá que Dios permanecerá al lado y atento a lo acontecido.
Asimilado así, será capaz de entender lo presentado, además, continuará comprometido con lo divino.
El creyente en Dios, por más debilitado, nunca terminará vencido a la influencia del mal.
La preparación espiritual, mantendrá confiados a quienes asuman la santa comunión en cualquier instante como sólido refugio.
La convicción es posición enérgica del creyente, expresada en testimonios para fortalecer y evitar arruinar la vida por surgimientos de amenazas que jamás podrán dominar la presencia y el poder de Dios.
Dios apacigua las consecuencias de la desesperación, el dolor y el temor amenazante a las pobrezas humanas aún no resueltas.
¿Crees flaquear en la fe?
BENDICIONES
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REFLEXIONES DE FE Y ESPERANZA