Por el Dr. Leonardo Andujar Z. Santo Domingo, DN.-Crecer y creer.

Cuando el hombre cree, inmediatamente, crece.

Crecer necesita de base, creer en algo.

Ese algo, facilitará a establecer firmeza sin afectarse, por fuerte venga el viento.

Se sienta en base a la condición de humildad.

La humildad promoverá a conquistar, grandes frutos que constituirán partes importantes del todo a la integridad del hombre.

Creer, eleva la conducta humana, pues, ayuda a la protección, a partir de la naturaleza pecaminosa.

Sentir crecer, llama a utilizar ciertos valores que promuevan gozar de la vida en plenitud.

Creer y crecer, dan acertadas percepciones a lo largo del caminar.

Crecer y creer, están dimensionando el proyecto de vida que queremos formular.

Multiplicarán las conquistas, partiendo del fiel convencimiento, de que Dios actúa francamente al tomar dominio.

Las desdichas no afectarán el respiro agradable al despertar cada mañana.

El inmenso poder sellará con innumerables victorias a quienes asuman creer y crecer, crecer y creer, como filosofía de vida.

Existirán como condiciones inseparables que plasmarán lo pretendido por el hombre durante cualquier sueño.

Nada en la vida desvanecerá, y nada quedará sustentado en utopía, por tanto, el hombre sabrá vivir más alto que las ilusiones.

Ojala todos adoptemos, creer y crecer, crecer y creer, como fiel filosofía de vida que marquen rumbo sin temer a fuerzas extrañas con intenciones malintencionadas.

De ser así, podremos decir, el destino terrenal y eterno, presentarán a Dios por siempre, dando sentido profundo para descubrir, cuál será la perspectiva final.

¿Asumes como filosofía de vida, creer y crecer, crecer y creer?

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