Los tres PLD

Por Diario Digital Dominicano

Diario Digital Dominicano, por Daniel Cruz, 2 de junio, 2018, Santo Domingo DN.-Sin que muchos peledeístas se hayan dado cuenta, en el país hay por lo menos tres Partidos de la Liberación Dominicana. Dos de ellos operan en el plano de la subjetividad y el otro es tan objetivo como la pantalla a través de la cual usted, amigo y amiga, está leyendo estas líneas.

1.- Tenemos el PLD que fue.
Ese es el partido de organismo, de cuadros políticos, en el que no existían posiciones individuales fuera del organismo en el que se hacía vida política, en el que sin excepción todos los miembros tenían derechos, pero también obligaciones (deberes) que cumplir, empezando con las de estudiar y reunirse todas las semanas y la de trabajar con planes anuales que eran evaluados de manera sistemática.

Se trata del PLD de la nostalgia, el que existe en la mente de algunos peledeístas y en el recuerdo de no pocos dominicanos.

Los peledeístas de ese PLD tienen por lo general algunas características. Por ejemplo, si usted se los encuentra en la calle y conversa con ellos durante una hora, de ese tiempo por lo menos 50 minutos de la conversación giran en torno al pasado.

Lo que se era, lo que se hacía, cuántos periódicos se distribuía, cuántos cotizantes se tenía… Si hay alguna referencia al presente, es para destacar la gloria pretérita y el disparate existente, a su juicio en este momento.

Este peledeísta no ha asimilado que las cosas han cambiado, como resultado de muchos otros cambios.

Lo peor de algunos —por suerte pocos— de estos dirigentes es que han desarrollado un resentimiento contra todo lo que signifique novedad.

Esto, entre otras cosas, ha motivado su aislamiento de los demás compañeros, lo que se hace más evidente en tiempo de campaña.

Por ejemplo, si usted, identificado con algún candidato local, le pregunta a este sí ha hablado con Fulano —uno de es estos peledeístas— de inmediato el candidato le dirá que sí, que lo visitó, pero más por cortesía que con ánimo de lograr votos porque “ese compañero no mueve ni una gata”. Y regularmente es cierto, debido a que ese tipo de peledeístas se ha aislado.

Para ellos nadie sabe nada, si no pasó por los Círculos de Estudios, y nadie sirve, sobre todo si es “nuevo” en el Partido; tampoco ven nada positivo en lo que decida la dirección nacional. Lamentablemente, han cerrado los ojos al presente. Viven encerrados en el pasado.

2.-El PLD que todavía no se ha creado.
Los que se identifican con este partido consideran que es cierto, el PLD dirigido por Juan Bosch no existe, pero se resisten a aceptar el que tenemos ahora.

En este aspecto coinciden con el PLD comentado y en que también se han aislado de la vida de la organización y de todo lo que ello implica.

Sueñan, se desviven por vivir en el mejor de los mundos: la combinación de lo mejor del viejo PLD y lo mejor del partido de masas que se tiene ahora, aunque no dan un paso para convertir en realidad ese anhelo.

A diferencia del primer grupo, los de este no viven en el pasado. Tienen un pie en el presente y otro en el futuro. En el presente, para criticarlo todo, no están de acuerdo con nada; en el futuro, para autojustificarse en su disposición de no trabajar ahora, en espera de la organización que vendrá.

3.-El tercer PLD es el que realmente existe.
Es el Partido de masas, el que solo se activa en tiempos electorales, el que se ha desgajado en dos liderazgos importantes a nivel nacional, pero que en las provincias, municipios y circunscripciones es dirigido de manera fragmentada por pequeños caudillos que hacen la función de sargentos de los mencionados liderazgos.

En este partido nadie crece sino hasta el nivel en que no se sienta afectado el jefe inmediato.

Sólo existen líneas institucionales cuando los grandes jefes se han puesto de  acuerdo. Antes de eso, lo que se decide arriba solo lo acatan los peledeístas comprometidos con el sector que lo decidió; los demás no se sienten atados a esas decisiones.

Como este PLD es tan numeroso, sus integrantes no obedecen a un perfil de fácil encasillamiento, como los otros.

Por ejemplo, están los oportunistas que han entendido las reglas del juego porque aprendieron a utilizarlas en la organización de las que proceden.

Regularmente estos preguntan más de lo que hablan, para que sea el otro el que se comprometa.

Tenemos los que se agencian autoridad mostrando su cercanía al líder mayor…Y podríamos seguir en esa dirección, pero mejor miremos hacia otra, en el aspecto positivo: los que entienden que se está en un PLD impuesto por la realidad, una realidad facilitada por una ineficaz dirección en el momento de la apertura del Partido, pero a la que de ningún modo los peledeístas deben resignarse.

En este último aspecto hay una aproximación al segundo grupo, pues se debe apostar a retomar lo recuperable del viejo PLD y conservar lo mejor del nuevo, del existente.

La diferencia está en que eso no se logra con los brazos cruzados, esperando de manera oportunista el PLD del futuro a la vez que se reciben los beneficios del que se critica.

Como esto se ha extendido demasiado, lo dejamos aquí, no sin antes decir que podríamos continuar el tema en el futuro.

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